viernes, 21 de noviembre de 2008

Lo más preciado que tiene el ser humano es su "DIGNIDAD"

Las enfermedades mentales siguen siendo socialmente poco conocidas. Demasiada gente cree que es una debilidad o una culpa de las personas que la padecen y no se reconoce como una enfermedad más, lo que verdaderamente es.

Miles de personas viven con una enfermedad mental que altera sus relaciones sociales, su trabajo, su educación, etc. Sin embargo, la mayoría de estas personas puede llevar una vida llena y normalizada, siempre y cuando cuenten con un tratamiento, un soporte social y sanitario adecuado y se respeten todos sus derechos como ciudadanos.

Es por eso por lo que en la salud mental es necesario hacer un esfuerzo para aumentar la comprensión de la sociedad ante la enfermedad mental, estimular la reducción del estigma y la discriminación hacia las personas que viven con enfermedades mentales, y promover el bienestar y estrategias de buena salud mental.

Las familias y personas con enfermedad mental, organizadas en asociaciones hemos conseguido cambiar la situación de mejora en los servicios públicos.
Durante los últimos años se ha avanzado mucho, el cambio ha sido sobretodo de calidad. Se ha demostrado que con un tratamiento psico-social adecuado y personalizado pueden hacer una vida bastante normalizada.
Son muchas las personas que padecen una enfermedad mental, y sin embargo tiene una vida completa en todos los sentidos, están plenamente integrados socialmente, muchos de ellos trabajan, viven con sus parejas; en definitiva, llevan una vida totalmente independiente.

Para el colectivo de las personas con enfermedad mental y familiares, el estigma y el desconocimiento social que acompaña a estas patologías sigue siendo una de las principales barreras diarias a la que enfrentarse, son las “Barreras Invisibles” que nos dificultan tanto el acceso y la continuidad de tratamientos como nuestras relaciones sociales, acceso al empleo, a la vivienda, educación, etc.

Son muchas las personas que todavía sufren las frustraciones de un procedimiento que sólo trata parcialmente los cuidados que necesitan, las visitas a domicilio son escasas, no existen los dispositivos para tratar los trastornos límites de la personalidad y los casos más difíciles están en la calle sin ningún tipo de cuidados, peregrinando sin poderse adaptar a ningún tipo de organización mínimamente estructurada.
Hay casos urgentes que necesitan medidas apremiantes y en cambio se dejan sin resolver, muchas veces por las rigideces burocráticas y desvíos del problema hacia otros, luchas internas por todos lados, todo un ejemplo de lo que son compartimentos estaco y la atención inadecuada.

Desde nuestra Federación sabemos que se presentan años duros y de mucho trabajo pero en estos momentos de crisis es cuando más hay que aumentar los recursos en salud mental porque son los momentos en que la salud mental se vuelve más vulnerable, y no podemos permitir que se produzcan recortes en este ámbito.

Debemos ampliar nuestros puntos de vista y no ponerle precio a la Salud Mental. En la Federación nos hemos propuesto superar en los próximos años dos grandes retos:
Primero, la Ley de de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia debe dar cobertura real a nuestros enfermos que lo necesiten.
Y como segundo gran reto es buscar una alternativa para las personas con enfermedad mental privadas de libertad para su tratamiento en la comunidad.

En estos últimos años se ha avanzado mucho y se está haciendo un gran esfuerzo por seguir avanzando, pero es necesario llegar a todas y cada una de las personas con enfermedad mental y sus familias.
El movimiento asociativo de familiares y personas con enfermedad mental tenemos que reivindicar que se pueden y deben mejorar los servicios, que hay que asistir a quién que no conoce el sistema o ser la voz para aquellos que tienen demasiado miedo para expresarlo, influir en leyes y políticas, atraer mayor atención para nuestra causa.
La realidad es que sólo una pequeña minoría de las personas afectadas por algún tipo de enfermedad mental grave recibe el tratamiento y cuidado que necesitan.

El estigma generalizado y la discriminación en las enfermedades mentales permanecen como la mayor barrera al diagnóstico temprano y su tratamiento.
La defensa de la salud mental promoverá las necesidades y derechos humanos, y reducirá el estigma y la discriminación de las personas que sufren enfermedad mental y sus familias.
Es necesario de que toda la sociedad tome conciencia de que la salud mental incumbe a todos, ya que una de cada cuatro personas padecerá a lo largo de su vida un problema de salud mental.


“Lo más Preciado que tiene el ser Humano es su Dignidad, y por ella debemos luchar”


Concepción Cuevas González
Presidenta de FEAFES-Andalucía