“Hay guerras que son necesarias”, eso decía Barack Obama o al menos así lo traducían el día que cogía el Nóbel de la Paz.
Que lastima.
Aunque es el político que más he admirado en los últimos quince años, cuando lo propusieron para el Nóbel de la Paz, pensé que aún no había hecho lo suficiente para obtener tan graciado galardón, pero igualmente pensé que todavía no llevaba el tiempo suficiente como para obtenerlo. Quiero decir que aún no había tenido tiempo de hacer algo por la PAZ en el mundo.
Seguro que en el contexto en que lo decía está más que justificadas sus palabras, eso claro, para aquellas personas que de verdad crean que “hay guerras que son necesarias”.
Yo, personalmente, no justifico ninguna guerra, por consiguiente creo que debería devolver ese galardón.
No es merecedor de ser un Nóbel de la Paz, si piensa de esa manera, que “hay guerras que son necesarias”.
Se que hay mucha gente que piensa que no lo tiene fácil, que son muchos los americanos que justifican esa inútil guerra que tanto daño ha hecho al mundo, que usted no está solo, que se debe al Congreso, al Senado y no se cuantas cosas más.
Pero le puedo asegurar que la mayoría de los ciudadanos que poblamos el mundo, deseamos la PAZ, esa PAZ sin armas, esa PAZ que nos permite pasear sin temor a que nos ponga una bomba, esa PAZ sin temor a que nos peguen un tiro, esa PAZ que te da tranquilidad y quietud, esa PAZ que da serenidad.
¿Piensa igual del hambre en el mundo? Y ¿ de la pena de muerte?
En fin Sr. Presidente, que lastima.
