Mi querida Esperanza:
Últimamente “no das una”, te salen piojos hasta debajo de las enaguas y es que algunas veces en el afán de querer premiar a tantos misericordiosos, os olvidáis que también esos misericordiosos, mantienen intactas sus miserias personales, miserias que por otro lado nos hacen ver que todos somos humanos y no porque sean, hagan o dejen de ser o hacer, hay que subirlos a todo lo alto del pódium.
Tal vez habría que ser un poco más humilde y ver que hay mucha gente que no ha escrito ningún libro, que no es profesor, que en definitiva no es nada, pero que tienen en su haber maravillas que no se ven, porque no se quieren ver (dice el refrán que no hay más ciego que el que no quiere ver) y los políticos estáis más ciegos y sordos que nunca.
A veces no hace falta escupir tan alto entre otras cosas porque te suele caer en la cara.
En fin, también dice el refranero popular que de sabio es rectificar, a ver si nos encontramos algún que otro sabio.
Aunque eso es prácticamente imposible y no es que no haya sabios, que alguno sí que habrá, pero dedican demasiado tiempo en mirar sus enaguas para encima no ver que las tienen llenas de piojos.
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