martes, 9 de abril de 2013

RESPETO PARA LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD MENTAL


Sra. Dª. Susana Griso

Presentadora de Espejo Público. Antena 3 Televisión.

Avda. Isla Graciosa 13

28703San Sebastián de los Reyes. Madrid

En Málaga, 8 de abril de 2013

Sra. Griso,

Como en el mito de Sísifo, las personas con enfermedad mental, sus familiares, los profesionales socio sanitarios y todas las personas implicadas en la salud mental empujamos cuesta arriba una pesada piedra, la del estigma y la discriminación que padecen estas personas desde buena parte de la sociedad. Tan pesada que está reconocida como una “segunda enfermedad” y como principal obstáculo para la recuperación. Pese a los progresos realizados en los últimos años en la concienciación social de este problema y en corregir falsas creencias, en ocasiones algún suceso puntual magnificado por medios de comunicación deshace nuestro trabajo, la piedra escapa de nuestras manos rodando con fuerza cuesta abajo y nos obliga a empezar de nuevo.

Hace unos días, un incidente en una unidad de hospitalización de Málaga en la que un interno ha agredido a otro, ha sido utilizado por su programa para seguir extendiendo ideas erróneas sobre la enfermedad mental grave y perpetuando así el estigma. En concreto,  me refiero a la información sacada el pasado 5 de abril en Espejo Público  en el que presentaban a una persona con un problema grave e ingresado en la unidad de agudos en ese momento con comentarios como “…un enfermo peligroso…”, “…era un tío peligroso…”  y abordando la información de forma absolutamente imparcial ya que en ningún momento salió nadie en defensa de esta persona.

En referencia a los comentarios sobre la Ley General de Sanidad de 1986 que puso en marcha la reforma psiquiátrica, decires que con esa reforma se nos equiparaba con otros países de Europa (que ya habían hecho las suyas en los años 60 y 70), hombres y mujeres encerrados en manicomios, en condiciones infrahumanas, pasaban a considerarse ciudadanos con el derecho a recibir un tratamiento adecuado, del mismo modo que si tuviesen cualquier otro tipo de enfermedad. Bien, desde  la Federación somos absolutos defensores de esta reforma, la reforma no falló, fallaron muchos de los conceptos que, todavía hoy, reclamamos desde el movimiento asociativo: rehabilitación, reinserción, atención integral, ámbito comunitario,…, en definitiva fallaron servicios.  Servicios que desde su programa podrían aprovechar e reivindicar, y así poner su granito de arena cada vez que una noticia de estas sale por antena.

Quizás ese debería ser el camino y no el de sacar una información impregnada de la atmósfera de las películas de terror. Una tentación fácil a la hora de visualizar la enfermedad mental: dolor, sufrimiento, violencia, crimen, asesinato… Utilizar el morbo de estos titulares para llamar la atención del público supone una falta de ética profesional, responsabilidad, y agresión a los derechos de imagen del colectivo, que además están protegidos por una normativa al más alto nivel, y por tanto podrían ser objeto de denuncia legal.

La evidencia científica nos dice que las personas con trastornos mentales graves no son más violentas que las demás. Al contrario, suelen ser víctimas y no agresoras. Su enfermedad las convierte en objeto de desprecio, burla y violencia, una situación que no se da en otras patologías.

Mire si lo que buscan es sensacionalismo sigan utilizando la información sobre personas con enfermedad mental envuelta en un manto de ignorancia, prejuicios, miedo y desprecio, pero sepa que  esta enfermedad puede afectar a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida, lo que en la práctica afectaría a todas las familias, incluida la suya. Pero si lo que quiere es dar un tratamiento correcto y esperado de profesionales informados y conscientes de la delicada situación que vivimos respecto a la imagen de la enfermedad mental, póngase en contacto con nosotros o con cualquier asociación de personas con enfermedad mental que hay en toda España. Yo por mi parte me pongo a su entera disposición para lo que necesite.

Sra. Griso noticias con un tratamiento sensacionalista y basadas en justificar hechos violentos usando la enfermedad mental como detonante provocan un daño irreparable a personas, familiares y profesionales que día a día luchan contra el estigma al que les somete la sociedad y que relega su sufrimiento a un segundo plano. Tengan en cuenta que la información que recibe la sociedad sobre la enfermedad mental proviene casi exclusivamente de los medios de comunicación. Si se distorsiona de forma negativa, se ataca directamente a la propia concepción de la enfermedad que tienen las personas que la padecen, influyendo negativamente en su autoestima, la aceptación de la enfermedad o la posibilidad de buscar ayuda profesional. Y por supuesto, también les afecta, indirectamente, al reforzar las concepciones negativas que de la enfermedad mental tiene la sociedad.

Por todo ello, desde la Federación que presido decimos Basta Ya de acercarse a la enfermedad mental con las ideas preconcebidas que han estigmatizado durante siglos a las personas con esas patologías y a sus familias. Pedimos que los medios de comunicación en general y el suyo en particular y los programas de entretenimiento sean responsables y en todo caso se informen e informen sobre salud mental en los términos justos y objetivos: de la necesidad de la promoción de la salud mental de las personas como parte indivisible de su salud y bienestar y de los avances en el tratamiento y recuperación de las enfermedades mentales, que pueden afectar a cualquier persona.

La pesada piedra del estigma de la enfermedad mental puede aplastarnos de forma individual, pero si la manejamos entre todos puede hacerse tan llevadera hasta que ni la percibamos y desaparezca.

Espero que tenga en cuenta nuestros argumentos, y le ruego su intervención para que, al menos en su programa, desaparezca en sensacionalismo ligado a la enfermedad mental. Aprovecho para hacerle llegar un ejemplar de la guía  de buenas prácticas para los medios de comunicación en el tratamiento de esta enfermedad y discapacidad.

Un saludo,


 

 

 

Fdo.: Concepción Cuevas González.

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