Sra. Dª. Susana Griso
Presentadora de Espejo Público. Antena 3
Televisión.
Avda. Isla Graciosa 13
28703San Sebastián de los Reyes. Madrid
En Málaga, 8 de abril de 2013
Sra. Griso,
Como en el mito de Sísifo, las
personas con enfermedad mental, sus familiares, los profesionales socio
sanitarios y todas las personas implicadas en la salud mental empujamos cuesta
arriba una pesada piedra, la del estigma y la discriminación que padecen estas
personas desde buena parte de la sociedad. Tan pesada que está reconocida como
una “segunda enfermedad” y como principal obstáculo para la recuperación. Pese
a los progresos realizados en los últimos años en la concienciación social de
este problema y en corregir falsas creencias, en ocasiones algún suceso puntual
magnificado por medios de comunicación deshace nuestro trabajo, la piedra
escapa de nuestras manos rodando con fuerza cuesta abajo y nos obliga a empezar
de nuevo.
Hace unos días, un incidente en una
unidad de hospitalización de Málaga en la que un interno ha agredido a otro, ha
sido utilizado por su programa para seguir extendiendo ideas erróneas sobre la
enfermedad mental grave y perpetuando así el estigma. En concreto, me refiero a la información sacada el pasado
5 de abril en Espejo Público en el que
presentaban a una persona con un problema grave e ingresado en la unidad de
agudos en ese momento con comentarios como “…un enfermo peligroso…”, “…era un
tío peligroso…” y abordando la
información de forma absolutamente imparcial ya que en ningún momento salió
nadie en defensa de esta persona.
En referencia a los
comentarios sobre la Ley General de Sanidad de 1986 que puso en marcha la
reforma psiquiátrica, decires que con esa reforma se nos equiparaba con otros
países de Europa (que ya habían hecho las suyas en los años 60 y 70), hombres y
mujeres encerrados en manicomios, en condiciones infrahumanas, pasaban a
considerarse ciudadanos con el derecho a recibir un tratamiento adecuado, del
mismo modo que si tuviesen cualquier otro tipo de enfermedad. Bien, desde la Federación somos absolutos defensores de
esta reforma, la reforma no falló, fallaron muchos de los conceptos que,
todavía hoy, reclamamos desde el movimiento asociativo: rehabilitación,
reinserción, atención integral, ámbito comunitario,…, en definitiva fallaron
servicios. Servicios que desde su
programa podrían aprovechar e reivindicar, y así poner su granito de arena cada
vez que una noticia de estas sale por antena.
Quizás ese debería ser el camino y
no el de sacar una información impregnada de la atmósfera de las películas de
terror. Una tentación fácil a la hora de visualizar la enfermedad mental:
dolor, sufrimiento, violencia, crimen, asesinato… Utilizar el morbo de estos titulares
para llamar la atención del público supone una falta de ética profesional,
responsabilidad, y agresión a los derechos de imagen del colectivo, que además
están protegidos por una normativa al más alto nivel, y por tanto podrían ser
objeto de denuncia legal.
La evidencia científica nos dice
que las personas con trastornos mentales graves no son más violentas que las
demás. Al contrario, suelen ser víctimas y no agresoras. Su enfermedad las
convierte en objeto de desprecio, burla y violencia, una situación que no se da
en otras patologías.
Mire si lo que buscan es
sensacionalismo sigan utilizando la información sobre personas con enfermedad
mental envuelta en un manto de ignorancia, prejuicios, miedo y desprecio, pero
sepa que esta enfermedad puede afectar a
una de cada cuatro personas a lo largo de su vida, lo que en la práctica
afectaría a todas las familias, incluida la suya. Pero si lo que quiere es dar
un tratamiento correcto y esperado de profesionales informados y conscientes de
la delicada situación que vivimos respecto a la imagen de la enfermedad mental,
póngase en contacto con nosotros o con cualquier asociación de personas con
enfermedad mental que hay en toda España. Yo por mi parte me pongo a su entera
disposición para lo que necesite.
Sra. Griso noticias con un
tratamiento sensacionalista y basadas en justificar hechos violentos usando la
enfermedad mental como detonante provocan un daño irreparable a personas,
familiares y profesionales que día a día luchan contra el estigma al que les somete
la sociedad y que relega su sufrimiento a un segundo plano. Tengan en cuenta
que la información que recibe la sociedad sobre la enfermedad mental proviene
casi exclusivamente de los medios de comunicación. Si se distorsiona de forma
negativa, se ataca directamente a la propia concepción de la enfermedad que
tienen las personas que la padecen, influyendo negativamente en su autoestima,
la aceptación de la enfermedad o la posibilidad de buscar ayuda profesional. Y
por supuesto, también les afecta, indirectamente, al reforzar las concepciones
negativas que de la enfermedad mental tiene la sociedad.
Por todo ello, desde la Federación
que presido decimos Basta Ya de acercarse a la enfermedad mental con las ideas
preconcebidas que han estigmatizado durante siglos a las personas con esas
patologías y a sus familias. Pedimos que los medios de comunicación en general
y el suyo en particular y los programas de entretenimiento sean responsables y
en todo caso se informen e informen sobre salud mental en los términos justos y
objetivos: de la necesidad de la promoción de la salud mental de las personas
como parte indivisible de su salud y bienestar y de los avances en el
tratamiento y recuperación de las enfermedades mentales, que pueden afectar a
cualquier persona.
La pesada piedra del estigma de la
enfermedad mental puede aplastarnos de forma individual, pero si la manejamos
entre todos puede hacerse tan llevadera hasta que ni la percibamos y
desaparezca.
Espero que tenga en cuenta nuestros
argumentos, y le ruego su intervención para que, al menos en su programa,
desaparezca en sensacionalismo ligado a la enfermedad mental. Aprovecho para
hacerle llegar un ejemplar de la guía de
buenas prácticas para los medios de comunicación en el tratamiento de esta
enfermedad y discapacidad.
Un saludo,
Fdo.:
Concepción Cuevas González.
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